martes, 22 de mayo de 2012

El escritor José Emilio Pacheco aseguró que el candidato del PRI a la Presidencia de México, Enrique Peña Nieto, de alguna manera es consecuencia de un periodo de dificultades que atraviesa la cultura en México, en la actualidad visto como el patito feo, “la página escondida entre las secciones de espectáculos”. Luego de la polémica generada por el olvido de Peña Nieto de los libros que lo han marcado, el poeta le recordó a los defensores del candidato que más allá de que se quiera postular para la presidencia y no para integrar la Academia Mexicana de la Lengua , sin la lectura no se puede pensar en los problemas del país. “Creo que si no lee, no puede tener lenguaje; si no tiene lenguaje no puede pensar y no puede pensar en los problemas de este país. No quisiera ensañarme con ningún caído, pero me parece una absoluta y auténtica tragedia no de este señor, sino de México”, aseguró José Emilio Pacheco, durante el homenaje a Fernando Benítez, en el centenario de su nacimiento, en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes. En el acto, Pacheco se preguntó cómo va a enfrentar los problemas tan difíciles de los próximos seis años, a dónde va a llegar “si los límites del lenguaje son los límites del pensamiento, entonces lo veo no como un fracaso de él, sino de todos los que hemos trabajado en la cultura mexicana”. Un candidato a la presidencia que no lee, no piensa, no actúa y sólo repite lo que el otro dice, es mercadotecnia de poder. Un candidato a la presidencia que no conoce cuánto cuesta el alimento que identifica a los mexicanos, un candidato a la presidencia que no conoce el monto del salario mínimo de su pueblo, un candidato a la presidencia que dice que el voto lo conseguirá al margen de la ley, un candidato a la presidencia al que no le importa saber lo que lee en inglés, un candidato a la presidencia que usa el nombre de alguien que fue asesinado por su propio partido para colgarse de él, un candidato a la presidencia que tiene como pareja a una actriz de la frivolidad, un candidato a la presidencia a quien se le olvida de qué murió su esposa así como se le olvidan muchas cosas... ¡Asusta! Pues el PRI ha tenido a los peores presidentes, aunque no eran ignorantes... Eran asesinos eso sí. Si éste es el nuevo PRI, donde importan más unas cámaras de TV que los problemas gravísimos que estamos viviendo todos en este país, sí es de preocuparse... Aquí mediremos los medios y su astucia y las necesidades urgentes de México. ¿Por dónde irán las encuestas de engaño?...

domingo, 20 de mayo de 2012

El campo de la genial pluma del Dr. Jaime Delgado Herrera:en el cogreso de la unión

El campo de la genial pluma del Dr. Jaime Delgado Herrera:en el cogreso de la unión -Con su permiso, señor presidente: « Honorable Cámara de Diputados: El campo, igual que toda la economía del país, se encuentra enfermo. Esta enfermedad se agrava más cada año como un cáncer maligno que paulatinamente invade, paraliza y destruye todos los sectores de la producción agropecuaria del país. En la medida en que el hombre del campo se ha ido haciendo más improductivo, la miseria se generaliza es este sector. En la medida en que la población aumenta en el campo, se intensifica su impacto sobre les recursos de suelo, agua, bosques agudizándose el derecho irreversible de los mismos sobre la economía. Esta situación ha traído como consecuencia la migración del hombre del campo a la ciudad donde paulatinamente ha ido engrosando las filas de los desocupados, agravando más los problemas de la ciudad. O bien, ha incrementado la migración de indocumentación al extranjero muchos de ellos quizá para nunca volver. Es preocupante como en pocos años, de 1970 al presente, de país autosuficiente y aún exportador de productos de campo, pasamos a la dependencia de muchos productos alimentarios. Se nos pudiera decir que entonces éramos muy pocos casi 40 millones de habitantes y ahora somos el doble. Explicación no del todo válida y que nos obliga a hacer un profundo análisis de los resultados de planes y programas, y de las múltiples versiones efectuadas en el campo en estos casi tres sexenios. Hay carencia de muchos productos alimenticios, maíz, oleaginosas, leche, Carne, huevos, pescado, etcétera, pues lo que produce el campo es insuficiente. LA razón es que aun cuando pareciera que disponemos de los recursos materiales suficientes para incrementar la producción: infraestructura, maquinaria, agua, pies de cría, semillas, fertilizantes, tierra suficiente, etcétera. No existen los estímulos para que la producción sea incrementada. Nos negamos a aceptar que millones de hectáreas de tierra agrícolas y ganaderas se quedan ociosas por falta de financiamiento, por conflictos agrarios, por falta de precios justos al productor. Es inaceptable que año con año estemos importando millones de toneladas de productos alimenticios, desangrando la economía y arrojando material al hombre del campo al desamparo. A los que amamos verdaderamente la tierra nos duele la situación y nos negamos a aceptarla como algo irremediable. Es necesario volver los ojos al campo y hacer los ajustes económicos y políticos apropiados que conduzcan a la producción y a la productividad que solucionen verdaderamente el atraso social y cultural del hombre del campo, para que éste sea un sólido pilar de la economía por la generación de empleos y de industrias derivadas de este sector. Debemos recordar que la principal causa que motivó el movimiento revolucionario de 1910 fue el anhelo de los hombres del campo de poseer un pedazo de tierra como suyo, de liberarse de la miseria y de la operación que por muchos años venían padeciendo. Este anhelo quedó plasmado en el Plan de Ayala, que en unos de sus párrafos dice: “En virtud de que la inmensa mayoría de los mexicanos no son más dueños del terreno en que pisan, sufriendo los horrores de la miseria, sin poder dedicarse a la industria o a la agricultura, por estar monopolizada en unas cuantas manos las tierras, montes y aguas; por esta causa se expropian previa indemnización de la tercera aparte de esos monopolios a los ciudadanos de México para que los pueblos obtengan ejido, colonias, fundos legales o campos de sembradura o de labor y se mejore en todo y para todo la falta de prosperidad y bienestar de todos los mexicanos.” Así se fue creando la estructura actual del campo mexicano donde el ejido, la pequeña propiedad, las comunidades se han venido consolidando a base de abolir la estructura latifundista existente a partir de 1915, de tal manera que hoy en día se han creado 25 mil ejidos y 2 mil comunidades con una superficie de 107 millones de hectáreas en usufructo de 2.8 millones de ejidatarios y comuneros. Por otra parte, 65 millones de hectáreas se encuentran en usufructo de 2.4 millones de pequeños propietarios. Fomentar la educación rural, así como también, obras de irrigación, para dar estabilidad a la producción agrícola; construir carreteras nacionales y caminos vecinales, organizar el crédito, el seguro agrícola y diversas tareas más de la mayor trascendencia nacional; fueron el propósito inicial de la reforma agraria. Todo ello hizo imperativo mejorar la enseñanza agrícola para formar más y mejores técnicos, así como encontrar los caminos mejores y más rápidos para elevar la productividad, procurando al mismo tiempo el desarrollo integral de las comunidades de nuestro país. Durante los últimos quince años se incrementó el número de instituciones de educación agrícola superior en todo el país; a tal grado que en la actualidad han egresado alrededor de 50 mil profesionales y 80 mil se encuentran en el proceso de enseñanza aprendizaje. Consecuentemente, egresan de las mismas, alrededor de 10 mil de ellos anualmente, desorientados, sin rumbo fijo, buscando ocupación y muy frecuentemente sólo encuentran subocupación y desempleo. Muchas veces se ha señalado, que la desocupación y subocupación profesional, no sólo de agrónomos y veterinarios, es de efectos muy negativos, pues el país hace gastos tremendos para sostener profesores, bibliotecas, laboratorios etcétera, la familia se priva por años del trabajo de hijos y gastan en cuotas y libros, el estudiante lleva durante años una vida de esfuerzos y privaciones. Al fin termina la carrera y entonces la frustración de buscar trabajo en vano, y más amargo que fallar en el esfuerzo, es cumplirlo hasta el fin y ver que fue un esfuerzo inútil. Por otra parte, hoy en día tenemos miles de agrónomos y veterinarios adscritos a las diversas dependencias gubernamentales, una gran proporción sienten que ésa es su misión: La educación del campesino; la organización agraria, en fin el liderazgo rural. Pero en cambio se tiene miles de ellos frustrados e improductivos. Miles de ellos amargados por no haber podido ser lo que hubieran querido: Agrónomos productores de alimentos y no los empleos de oficina eternamente mal pagados, gradualmente empobrecidos, agobiados por planes y proyectos hechos no sabemos por quienes; pero que a la hora de implementarlos, muchos de ellos fracasan, desangrando más la economía y orillando a la gente de campo a la frustración y al desamparo. Ciertamente que necesitamos ingenieros de oficina, ingenieros agrónomos compenetrados en el que hacer político; que ocupen los puestos clave; que entiendan y que hagan entender a nuestros gobernantes las necesidades y soluciones del campo y cuál es el que hacer del agrónomo. Sin embargo, existen otras posibilidades para el agrónomo y veterinario productor de alimentos. Una de ellas es la que otorga la Ley Federal de la Reforma Agraria vigente; La cual (con algunas modificaciones) en sus artículos 198, 200 y 201; entraña la posibilidad de que los agrónomos tengan derecho a solicitar dotación de tierras, bosques y aguas por la vía de la creación de nuevos centros de población, o facilitar el acceso de los mismos a la participación activa y corresponsable del éxito de las empresas ejidales, agrícolas, ganaderas o forestales creando cooperativas, uniones, etcétera, Tanto más que en el país existen en la actualidad millones de hectáreas sin producir en tierras y en las plataformas continentales, éstas constituyen un reto a la tecnología. En virtud; porque no darles tierra y/o acceso o medios de producción al profesionista que quiera y esté preparado para producir alimentos, si es dado hoy en día a muchos que ni la quieren ni están preparados para recibirla. ¿Qué sólo son parias trashumantes que medio ocupan la tierra sin poseerla, destruyendo sus recursos, abandonándola como quien abandona la esposa y los hijos? Nuestra legislación agraria en lo referente a la organización económica de los ejidos y combinaciones contempla las siguientes formas asociativas para la producción agropecuaria: sociedad de producción rural, asociaciones rurales de interés colectivo, unidades de producción, sociedades de solidaridad social, cooperativas de producción y/o sociedades de responsabilidad limitada, sociedad anónima, y de asociación en participación. Podría pensarse que este planteamiento no va de acuerdo con el ideal revolucionario, cuando el verdadero ideal es adelantarse a los problemas actuales y a los que depare el futuro; sobre población, hambre, miseria y más dependencia económica. Por lo tanto, necesitamos un aumento rápido en la producción y tenemos poco tiempo para lograrlo. Es por ello que el agrónomo debe tener un lugar no sólo en la retaguardia sino en el frente de la producción agrícola del país.